No me cabe la menor duda de que tu cartera de acciones o de fondos se ha visto bastante mermada en lo que llevamos de año, o quizá me equivoque y estés en positivo, pero viendo el tormento de año que llevamos es difícil.
Y es que, si tu horizonte temporal de inversión es el largo plazo (igual que el mío), no solo no te importan estas caídas, si no que habrás aprovechado para poner a trabajar tu liquidez con contundencia.
Enhorabuena. Si has actuado así ya estás en el top 10 de mejores inversores.
Pero, aún así, me ha parecido interesante traeros una reseña de este tipo de producto financiero, ya que me parece muy interesante, sobre todo si inviertes en índices, aunque también es aplicable si inviertes en acciones individuales.
Tu piensa. Si cuando vas a salir de casa, ves que el cielo está negro, oyes relámpagos y piensas que de un momento a otro se va a poner a diluviar, ¿qué haces? Coges un paraguas, te calzas las botas impermeables e incluso un chubasquero.
Es decir, te preparas para la que va a caer para no mojarte. Y es obvio y es normal. Es un instinto del ser humano y es como hay que actuar.
Pero, cuando se trata de nuestras inversiones, si vemos la tormenta en el horizonte, salimos de casa en chanclas, sin paraguas y rezando para que no llueva y nos empapemos.
Y es que, la verdad, la mayoría de inversores no utiliza los paraguas que los mercados financieros les brindan. Yo entre ellos, hasta hace poco que he comenzado a intentar ponerle remedio a través de las opciones financieras. Pero ese es otro tema.
Hoy voy a hablaros de los futuros, de porqué me parece interesante este instrumento financiero para poder cubrir nuestras posiciones y hacer que las caídas sean mucho menores y, en consecuencia, la rentabilidad de nuestras inversiones a largo plazo puedan ser mucho mejores.
Estoy seguro de que todos vosotros alguna vez habéis escuchado la palabra futuros en el argot financiero, ya sea por ejemplo los relativos al petróleo (los futuros del petróleo) o sobre algún índice bursátil (futuros sobre el S&P 500). ¿Pero qué es un futuro?
Un contrato de futuros es un acuerdo entre dos partes, compradora y vendedora, el cual se negocia en un mercado organizado, mediante el cual dichas partes se comprometen a intercambiar un determinado activo, denominado activo subyacente (índice, materias primas, dinero, etc.,), a un precio prefijado y en una fecha futura acordada.
Por ejemplo, imaginad un panadero que compra trigo para poder fabricar pan. Ante una situación de inflación futura posible, decide comprar un futuro sobre el trigo, para cubrirse ante posibles alzas del precio del trigo. Así, si él compra el kilo de trigo a 1€, y este sube por cualquier razón a 3€, el tendrá que comprar el trigo a 3€, pero se ha cubierto mediante la compra de un futuro a 1€ y posterior venta del mismo a 3€.
O en otras palabras, para que se entienda mejor. Imagina que tienes una plantación de tomates, pero no sabes si la meteorología va a acompañar este año a la cosecha, y alguien te ofrece comprártelos en el futuro (X meses) a un precio de 1€ el kilo, y a ti te parece buen trato. Pues firmáis un contrato por el que dentro de X meses intercambiareis esa cosecha de tomates por 1€ el kilo.
Así, el vendedor se asegura vender el producto a 1€ el kilo, y el comprador se asegura comprarlo por 1€ el kilo.
El vendedor cree que el kilo de tomates dentro de X meses va a estar más bajo, y se asegura el venderlo por 1€, mientras que el comprado cree que el kilo de tomates va a subir y el lo va a poder comprar más barato.
En el contrato de futuros hay que tener presente tres características:
-Fecha de vencimiento: los contratos de futuros vencen siempre en fechas determinadas. En España, los contratos de futuros sobre el Ibex 35 vencen el tercer viernes de cada mes.
-Tamaño de los contratos: el tamaño de un contrato de futuros sobre acciones está estandarizado, y se compone de 100 acciones.
-Depósito de garantía: tanto comprador como vendedor están obligados a realizar un depósito de garantía, el cual puede constituirse como un porcentaje del valor total del contrato, o como una cantidad fija.
Así mismo, hay que tener en cuenta que se pueden vender contratos de futuros sin poseerlos previamente, es decir, te puedes poner corto del activo subyacente vendiendo un contrato de futuros que no posees, y recomprarlo posteriormente en la fecha de vencimiento por un precio inferior, con la finalidad de devolverlo a quien te lo ha prestado (el bróker) y realizar la ganancia por la diferencia entre la venta primera y la posterior compra.
Los contratos de futuros, al estar referenciados a un activo subyacente, son productos derivados, los cuales poseen apalancamiento. Esto es, para comprar un futuro solo tienes que pagar inicialmente el depósito de garantía, y la ganancia que puedes obtener es mucho más elevada, únicamente con un desembolso inicial muy pequeño.
Pongamos un ejemplo. Pensamos que el S&P 500 va a subir en los próximos meses. Actualmente se encuentra cotizando a 3.000 puntos, y pensamos que dentro de 6 meses puede encontrarse cotizando a 3.300 puntos. Compramos un contrato de futuros, con las siguientes características:
-Fecha de vencimiento: dentro de 6 meses.
-Tamaño del contrato: 1 contrato de futuros sobre el S&P 500
-Activo subyacente: Índice bursátil S&P 500.
-Depósito de garantía: 3.000 €.
-Precio de compra del activo subyacente: 3.100 puntos.
Cada punto de índice cuesta 10 euros, por lo que un contrato de futuros nos costaría 31.000 €, pero únicamente establecemos un depósito de garantía por valor de 3.000 euros. Si finalmente, el S&P 500 dentro de 6 meses alcanza los 3.300 puntos que creíamos que podía alcanzar, habremos hecho una ganancia de 200 puntos, que por 10€ cada punto, ascendería a un total de 2.000€ de ganancia. Por lo tanto, nuestra ganancia final ascendería a un 66%, el cual se calcularía dividiendo la cantidad final obtenida entre la cantidad inicial invertida (en nuestro caso 2.000/3.000).
Si solo hubiéramos invertido en el índice 3.000€, habríamos ganado un 10%, y tendríamos la cantidad de 3.300€, mientras que habiendo comprado un futuro tendríamos 5.000€, y habríamos ganado un 66%.
Ahora pongamos el ejemplo contrario, y el que te puede servir para cubrir tu cartera. Y es que hay una frase por ahí, que no se quien la ha dicho, pero me parece que es cuanto menos para reflexionar sobre ella.
Y la frase en cuestión es: “si compras acciones pensando únicamente en que van a subir y no te cubres, no estás invirtiendo, si no que estás especulando”.
Y es que, al igual que pasa con el ejemplo del paraguas, debes de intentar cubrir parte de tu cartera ante caídas que la misma pueda tener, por lo menos para amortiguar las mismas.
Imagina que el S&P500 se encuentra a 4.800 puntos (máximos de este año 2022 en enero), y comienzas a ver señales de que la inflación está aumentando, que es posible que suban tipos, o que el índice se ha doblado en apenas 3 años, lo que supone una rentabilidad anual del 26%, cuando la rentabilidad media de los últimos 100 años ha sido del 8,2%. Sabes que no todo sube para siempre, y que es posible que haya una corrección en el corto-medio plazo. Y decides cubrir tu cartera antes de que la música deje de sonar.
Decides vender un contrato de futuros (como no lo tienes, tu bróker te lo presta), y lo vendes cuando se encuentra a 4.800 puntos. Vale, ya lo has vendido, pero ahora se lo tienes que devolver al bróker. Pero como el bróker te lo presa durante 6 meses, tu lo recompras cuando lo creas oportuno.
Imagina que aguantas hasta los 6 meses, y lo recompras en junio. En ese mes, el índice S&P 500 se encontraba en 3.900 puntos, y decides comprar un contrato de futuros y devolvérselo al bróker.
Tu lo habrás vendido a 4.800 puntos en enero, y lo has recomprado a 3.900 puntos, por lo tanto hay una diferencia de 900 puntos, que por 10€ que cuesta cada punto de índice en un contrato de futuros, habrás ganado la cantidad de 9.000 euros.
No solo habrás amortiguado las caídas de tu cartera, si no que habrás ganado mucho dinero y estarás más que en positivo.
Imagina que tu cartera tiene un valor nominal de 10.000 euros. Con las caídas del 20% del índice, tu cartera pasa a valer 8.000€ pero, si te has cubierto con un contrato de futuros, tu cartera pasará a tener un valor efectivo de 17.000€, por lo que no estarás en un -20%, si no que tu cartera habrá hecho un +70% en 6 meses.
¿Y por qué? pues porque los futuros son productos apalancados, y ese efecto palanca hace que los retornos sean tan abultados.
Y estarás preguntándote, “¿pero guardia, y si la bolsa no baja y sigue subiendo qué pasa?”.
Pues que pierdes dinero, ni más ni menos. Pero, pero, peeeerooooo…
Tu tienes el control y puedes cerrar el contrato cuando lo desees. Si ves que vas palmando un 5,10 o 15% puedes cerrar la posición, simplemente realizando una operación de signo contrario.
Es decir, si compras un contrato de futuros, puedes cerrar la posición con una venta de otro contrato de futuros, y viceversa. Por lo que si la situación que tú piensas que puede ocurrir no ocurre, puedes cerrar la posición.
¿Y puede ocurrir esto? Por supuesto. ¿Entonces cuáles son las claves para saber manejar este tipo de productos? Pues ni más ni menos que las siguientes:
-Saber qué es lo que estás haciendo. Los productos apalancados son más complejos y requieren de más conocimiento, pero si los sabes utilizar pueden ser muy lucrativos para una cartera de fondos o acciones y servirte de paraguas ante grandes caídas de mercado. Al igual que cuando compras un fondo o una acción sabes lo que estás haciendo y posees el control, lo mismo debes de hacer si quieres utilizar este tipo de productos.
-Paciencia. Si sabes lo que estás haciendo y estás totalmente convencido, solo debes de tener paciencia y esperar a que los acontecimientos ocurran. Michael Burry se puso corto de los bonos hipotecarios en el año 2006, y no comenzó a ver los resultados hasta el año 2008 cuando explotó la burbuja. En el corto plazo, hizo perder mucho dinero a sus inversores, que según subían los bonos tenían que seguir aportando dinero a la posición, ya que era más complicado que la misma se ejecutara y le hacían constantes “margin calls”. Pero, finalmente, el sabía lo que hacía y ganó para sus inversores más de 1.000 millones de dólares, y el gano con esa operación la cifra de 400 millones de dólares.
Son productos muy útiles, a la vez que complejos, pero si te formas conseguirás entenderlos y utilizarlos a tu favor. Y no estarás especulando, si no que estarás cubriendo tu cartera de posibles baches o accidentes que pueda tener por el camino.
Por último, señalar que un contrato de futuros se puede liquidar de dos formas:
-Por entrega del activo subyacente: por ejemplo, acciones de la compañía X al precio inicialmente prefijado en el contrato.
-Por diferencias: no se produce la entrega física del activo subyacente, si no que se produce una entrega de dinero entre la diferencia entre el precio futuro pactado en el contrato y el precio real alcanzado por el activo subyacente en la fecha de vencimiento.
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Sin más, te deseo un buen resto de fin de semana.
Nos vemos la semana que viene con más contenido.
The Guardia Investor
A mi me mola más comprar puts apalancadas... el riesgo está limitado
Buena explicación de lo q son los contratos de futuros. Para operarlos hay que saber y controlar el análisis técnico y por ende dominar el volumen,wykoff, estructuras, orden flow...no son aptos para principiantes ya q el riesgo de quemar la cuenta es enorme